Febrero
Por
y para Martha Morán, siempre agradecido
Las horas corren
sin pausa, vida fluye entre ellas entretejiendo el paso abrumador de años en
fragmentos de minutos como mosaicos en colores pálidos, sin luz alumbrada, ni
en partos de horas. Te vivo despierto y descorro el obscuro de la ventana. El
sol de lleno llueve sobre mi vida, me invade en hilos de colores. El mundo que
habito se transforma en serpientes de luz que se enredan a mi cama. Mosaicos
frescos a su paso me bordan soñándose en un telar iluminado, que será camino en el paso certero junto a tu voz y su
andar en mi cuerpo lleno de tu recuerdo. Tu aroma a mañana recién parida evoca
la hora de tu partida y me señala el reloj de arena que consume mi propia vida.
De pronto han sido tantos años, hoy no estás, pues partiste como aquella vez,
sin despedirte. Te volví a buscar en la cocina de mi recuerdo, en los lápices
de la mesa de trabajo que no existe más, en el mar lejano a donde fuimos. Hoy
las olas en esa playa seguramente vendrán a tierra a buscarte, y desesperadas
por no encontrarte, volverán a lo obscuro del mar de recuerdos que me dejas en
la vida. La mesa que compartimos no tiene más flores nunca porque hoy las
flores las llevas en tus manos para que te acompañen en la soledad del silencio
donde, seguramente, cuando despiertes escucharás tu nombre de mi propia voz
ahogada en la memoria de tu recuerdo y encontrarás este dolor que hoy me deja
tu partida.
Alejandro Milton Weeb Joyner
Febrero 2014
1 comentario:
Interesante!!
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