Alejandro Milton Weeb Joyner

Sonidos

Los corazones laten sonoros, pronunciando nombres en la distancia, que se vuelven ecos. Las imágenes aletean en resonancias alegres que emprenden vuelos amorosos, como ese alboroto de cien pájaros juntos, los días pasados avanzan con ritmos apresurados; murmurando alcanzan la realidad presente. Con un tañido dulce dibujan el sueño para mañana, en donde antes cada noche susurra el nombre que vierte el cántaro de agua tibia en el momento justo del llanto de las manos frías, esas que abrazan almohadas con cánticos doloridos para dormir. El golpeteo del agua en mi piel me anuncia que ya es la hora; la noche está en vela, contiene el estruendo de la angustia y no duerme, me custodia, me platica como siempre, con el diálogo sordo que hemos tenido desde el origen del tiempo, una vez más, pretende seducirme para perderme en ella y adentrarme  en silencio a su mundo de sombras embravecidas y estrellas delirantes. Con resonancias de ojos, encuentro que los colores estallan y de ellos nacen imágenes  detrás de la puerta que golpetean; los escucho a través de la mirada, los sonidos que emiten se tornan cantos cercanos cuando junto a las letras caminan de la mano, emitiendo el silbido que volverá a la imagen texto, murmurando a cada caricia el retumbo mágico de la creación, que con sonoridad vamos amaneciendo, sembrando los sonidos que hoy me habitarán. Descorro las cortinas, descubro en el jardín a los pájaros que repiquetean la tierra, se hablan, se entienden, vuelan escandalosamente juntos, volteo hacia mi cama desordenada, encuentro la intensidad de la noche que junto conmigo ha muerto; yo me quedo con la esperanza de que con mi nombre entre tus labios renazca con el día, de cualquier modo sé que otra noche vendrá estridente hoy mismo y ella seguramente traerá otros sonidos, para dar vida al día que empieza, en la belleza de tu mirada.

Alejandro Milton Weeb Joyner

AIMCWMJ

Junio 6, 2012