EL ANGEL DE LA CULPA:
UN DUÓLOGO DE ALTOS VUELOS.
por: Augusto Sánchez Zevada.
Cuando un pintor llega a su madurez, hace una recapitulación de su trabajo y se encuentra con que ya ha realizado un mural, algo similar sucede cuando un músico compone una sinfonía, un escritor una novela o un actor tiene ya en su haber un monólogo.
Emilio Guerrero es un actor consumado que ha pasado por la escuela y desde ahí ha recorrido los espacios de actuación, en el cine, radio, televisión y desde luego en el teatro. Hoy se presenta, junto a Antonio Peña, con un monólogo que tiene una modalidad muy peculiar, para mí es un duólogo, es decir, un monólogo en el que intervienen dos.
Se trata de la obra “El Ángel de la Culpa”. Representándose en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, esta obra del chileno Marco Antonio de la Parra es un drama puro, sin matices de melodrama ni acercamientos a la tragicomedia o al humor sarcástico de moda. Plantea una situación intemporal y por eso mismo completamente actual en la que se confrontan dos seres radicalmente opuestos en sus formas, pero sorpresivamente unidos en sus condiciones humanas. Es un drama muy bien escrito, tan así que los espectadores sentimos que fluye intensamente, mantiene la tensión y la atención del público y que dura lo justo, como para que no nos parezca largo y mejor aún, dejarnos con la sensación de que queríamos que durara un poquito más. Otra de las características peculiares de la obra, es que los personajes no tienen nombre establecido en el programa ni en el texto del dramaturgo.
Dirigidos por Ana Karina Guevara, presenciamos una intención rítmica bien llevada durante toda la obra en la que Emilio se desempeña a un ritmo vehemente, haciéndose dueño de los terrenos por todo el escenario en contrapunto de un Antonio, silente, que expresa con marcada parsimonia todos sus movimientos de principio a fin, sin muchos matices en este sentido. Quizá hubiera sido interesante en algún momento invertir la dinámica viendo de pronto a un Emilio pausado y reflexivo en contrapunto de un Antonio acelerado y receptivo .Finalmente regresar al primer planteamiento rítmico. O cualquier otra intención que matizara un poco más el trabajo en escena.
Emilio encarna un personaje tremendo, con ideas aterradoras y al mismo tiempo un hombre común y atípicamente sentimental. Actúa con soltura, seguridad y desparpajo, es muy bien aprovechada su presencia escénica por la dirección, que supo emplear los muchos recursos histriónicos del actor y este a su vez nos convence de su situación y de los estados emocionales que padece y por los que nos hace transitar su personaje. Con sobrada facilidad nos lleva del villano al hombre común, de una situación confusa y contradictoria a otra catártica y compasiva. Emilio Guerreo puede con esta obra, no cualquiera, por eso lleva todo el peso y el joven actor que le acompaña, el contrapeso.
Antonio Peña es un joven actor que es sometido a una disciplina sumamente complicada y la resuelve como si tuviera las tablas que su edad no le permitirían. Aquí se ve más marcadamente la mano de la directora .Antonio hace un gran trabajo de diálogo corporal con el otro personaje y con el público, intensísimo de principio a fin y con un resultado actoral que supo rebasar lo coreográfico. Es una víctima, el confesor, el receptáculo de las catarsis, el espejo, la expectativa constante y de una u otra forma el victimario.
Aunque el teatro contemporáneo no tiene escenario, foro o espacio aborrecido, siempre es más complicado resolver el tema de la escenografía o el de la iluminación en un espacio teatral en el que el público rodea completamente a los actores. Este es el caso de La Gruta. En este aspecto, aunque la escenografía de Vanessa Farfán está resuelta más pictóricamente que con oficio teatral, el resultado es muy estético pero le deja todo el trabajo a los actores y al director. Hay una pieza de utilería-escenográfica, que es una pequeña escalera de foro y un dibujo en el piso. Dos elementos más que suficientes para poder montar la obra en una cancha de polo si fuera necesario. Sin embargo es inevitable recordar las escenografías de la maestra Félida Medina, por mencionar un gran ejemplo, en las que la escenografía estaba completamente al servicio de la obra y en las que la practicidad, la transparencia para facilitar la visión, no están reñidas con la estética y la funcionalidad. Una revisión al trabajo de Félida sería de gran utilidad para cualquier escenógrafo.
Igualmente, el trabajo de iluminación cumple muy bien su cometido, sin embargo deja la sensación de que pudo haber estado más pulido, más a ritmo, más en apoyo a las necesidades de representación. El vestuario y el diseño de Vanessa son idóneos para la obra.
En cuanto a la música, creo que es, junto con el trabajo actoral, uno de los más grandes aciertos. Además de que es original para esta puesta en escena, está muy bien tocada y bien sonorizada. Con otro detalle, está “cosida” a la interpretación, acompaña y climatiza ayudando sin estorbar.Y al final, un colofón inesperado y llevado magistralmente por la pareja actoral y una conclusión dictada por el ángel: Ellos son una parte de nosotros.“El Ángel de la Culpa” es una obra que merece ser vista, vivida a través de sus intérpretes. Es un duólogo de altos vuelos.
4 comentarios:
Augusto Sánchez Zevada, es También Rafael Sánchez de Icaza.Utiliza esta parte de su nombre para escribir de Teatro.
Un honor Maestro Sánchez de Icaza por tener la enorme oportunidad de convivir en este prometedor espacio.
Le envio y respeto y le doy la más afectuosa de las bienvenidas!, puedo decirle compañero? miauuuu
la gata roja
artísta plástica
Rosa Margarita Elías Mass
El honor es para mi compañera.
Buenos días Sr. Sánchez de Icaza. Soy Pilar Espada de Barcelona (España) y soy la encargada de crear la web del 1ª Congreso Internacional Taurino. Me ha gustado mucgo su obra MM y mi mail es para pedirle permiso para utilizar esta imagen en la web (www.congresointernacionaltaurino.es). Está temporalmente colgada por necesidad del servicio técnico de pago virtual. Espero sus buenas noticias y aprovecho para felicitarle por sus obras
Gracias
Pilar Espada
espada.pilar@gmail.com
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